lunes, 15 de diciembre de 2014

húmedas confesiones 2.

El día señalado llegó; nublado y lluvioso,  con un nudo en el estómago cogí mi coche y me puse en camino; habíamos quedado a las 20h en un  frio mes de diciembre, el día se transformó en noche mientras los kilómetros pasabam sin cesar. Solo pensaba en verla, imaginarla junto a mi, sentir su cercanía.  Al hacerlo mis manos se aferraban al volante  y mi pie derecho se hundia en el acelerador. Tras dos horas llego al hotel y me dispongo a coger la habitación y dejar el escaso equipaje que llevaba.  Mientras lo hacia, mi móvil suena y es ella comentadome que en 20 minutos estará junto a mi. Ni que decir tiene que ese tiempo se me hizo eterno; me bajé al hall y mis ojos se perdían en la puerta de entrada, escrutando a cada persona  que entraba.
Por fin ella entró, nuestros ojos se encontraron y una explosión  de alegría y emociones nos unía a ambos.
Tras dos besos, ambos estabamos nerviosos y al principio no sabíamos como actuar, decidimos coger un taxi e irnos a cenar al centro. Elegimos un elegante restaurante y tras una botella de buen vino y una espléndida cena, parece que los nervios se fueron calmando y surgió todo aquello que nos unía... no olvidaré el contacto de su mano sobre el mantel, acariciando mis dedos y wl suave contacto de su pie bajo la mesa ascendiendo por mis piernas. Tras una porción de Selva negra  y un café decidimos volver al hotel, nuestras manos se entrelazaron mientras salíamos a la calle y buscabamos un taxi. Nuestros labios se encontraron por primera vez, note el dulzor de su boca, la suavidad de su lengua y el contacto de su  cuerpo contra el mío. Al poco apareció el taxí que nos conduciría al paraíso;  nuestras bocas volvieron a buscarse mientras nuestros ojos no paraban de mirarnos... tras diez minutos escasos entramos en el hotel, la puerta del ascensor se cerró  y mis manos abrieron su abrigo, disfrutaba sintiendo su silueta y su calor bajo mis yemas, el ascensor se detuvo y las puertas comenzaron a abrirse,  la guié por el.amplio pasillo, saqué la tarjeta de mi bolsillo y voilá la puerta se abrió. .... adentrandonos en una noche única....
Continuará. .....

2 comentarios:

  1. Sabes... es fácil sentirlo.
    Me gusta porque es real. Así es, primero hay que reestablecer ese punto de unión previa, y el vino no es mal aliado. Tampoco una cena y una conversación. La risa. Los gestos.
    Y luego... la conexión. El tacto. El dejarse llevar.

    Me alegro de compartir tus recuerdos.

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por leerlos y poder compartir experiencias vividas.
      Bss

      Eliminar

Me gusta saber que has estado aquí...