domingo, 14 de junio de 2015

Ese intenso deseo...

La noche hacía horas que había caído sobre la ciudad. El viento soplaba arrastrando las hojas sobre la plaza desnuda. La gente iba pasando con sus miradas perdidas en algún lugar infinito. Consulté el reloj, casi era la hora de la cita. El frío se mezclaba con un temblor que recorría mi cuerpo. Subí el cuello de mi abrigo, buscando refugio en él. 



Miré alrededor pero no encontraba lo que buscaba. Tras unos minutos, sentí unas manos suaves tapando mis ojos y un cuerpo que se estrechaba contra mi espalda. Su perfume la delataba. Una sonrisa surgió de mi boca al sentirla. Me giré. Nos miramos y no pudimos evitar besarnos. Sentir el contacto de sus labios, el roce de su lengua junto a la mía, elevándome hasta el cielo... Permanecimos unos instantes unidos. Las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer sobre la Piazza: comenzamos a andar  nos refugiamos en ese antiguo café de la Galería.


De la mano abandonamos aquel maravilloso café. Sentía sus dedos entre los míos, acariciando suave. La lluvia continuaba y tomamos un taxi. Entramos en él y le indiqué al taxista la dirección de mi apartamento, tres manzanas más allá.

Sus miradas se clavaban en lo más profundo de mi ser. Mi mano aún tenía sus dedos mientras que la otra acariciaba con delicadeza los cabellos mojados que tapaban su rostro. Al acercarnos y estar tan próximos, nuestras bocas se fundieron en un cálido beso. Sentí su lengua rozando entre mis labios, suave y juguetona. Tras escasos minutos, el taxi se detuvo en mi portal. Pagué la tarifa y salimos bajo la lluvia.

Ambos sentíamos ese deseo que crecía, donde el suave contacto de nuestras manos, las miradas iban acrecentando esa sensación. Subimos en el ascensor. Su sonido quedo oculto bajo nuestros labios que se buscaban y deseaban.

Abrí la puerta del apartamento. Encendí la luz y ambos entramos. EL interior permanecía como en una niebla.

Le quité el abrigo, mojado por la luvia, y le dije si deseaba tomar algo. Asintió. Preparé dos whiskys  con hielo. Encendí un par de velas y una cálida luz inundó el ambiente. Ella se sentó en el sofá y esperó a que viniera con las copas. El hielo tintineaba en ellas. Una mirada seguida de un brindis...
Dejamos las copas en la mesa. Mi mano tomó la suya. Nuestros cuerpos se acercaron fundiéndose en un nuevo y apasionado beso...


8 comentarios:

  1. Una historia con mucho tinte romántico... Me encantan estos momentos así, esos preliminares, esos antecedentes que, de seguro, nos llevarán a algo mucho más intenso...
    Besos de Pecado.

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  2. Bello y romántico preludio de lo que está por llegar… Preciosa conjunción letras e imágenes...

    Un placer, Bsos!

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  3. Delicioso y romántico,, los momentos previos desbordando deseos para culminar en el placer sublime..
    Me encantó !!Besos

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  4. No estoy acostumbrada a tanto romanticismo.. pero he de decir que no está nada mal como preludio de lo que vendrá... que cuánto mejor sea el "antes"... mejor será el "durante" y el "después"...
    Un beso

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  5. Ah.. lo olvidaba cielo... se me pasó avisarte.. de que estoy de vuelta... pero con nueva casa...
    Otro beso y perdón por el despisteeeee¡¡¡¡

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  6. Me ha gustado encontrarme contigo. Tú me esperabas nervioso y yo quería encontrarte con ansias. Si cierro los ojos, aún puedo sentirte.

    Mis besos, ya sabes cuáles, esos que te gustan... Besos misticamente tentadores.

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  7. Me ha recordado a un libro que leí hace tiempo, pasiones romanas... Encantada de leerte y dejar que el romanticismo de tus palabras inunden mis ojos. Gracias.

    Mil besitos de jueves.

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