Champagne y fresas...

El piano suena amortiguado por el sonido de copas y cubiertos, frente a frente tú y yo , disfrutando de una buena cena, brindamos por nuestro encuentro,  las copas tintinenan, mientras no paramos de mirarnos. Te veo elegantemente vestida con el tirante de tu vestido sugerentemente sobre tu hombro. Noto el contacto bajo la mesa de tus largas piernas. Nos retiran los platos y nos traen el postre, pero ambos deseamos salir de alli, poder disfrutar en la habitación del hotel siete plantas más arriba.
Tu pie asciende por mi pierna, mientras me observas a través de la copa de champagne. Tu intensa mirada y la presión de tus dedos hace que comience a crecer un deseo bajo mi pantalón. ..
Comienzas a rozar las fresas sobre la nata contrastando con el rojo de tus labios, su dulce sabor inundando tu boca. Te observo deleitandome con tu belleza y con lo que aun nos queda por disfrutar.
Pido la cuenta y abandonamos el restaurante; un hormigueo crece en mi cuerpo mientras nuestras manos se entrelazan. Nos adentramos en el hall y tomamos un ascensor, una corta espera que se nos hace infinita. Subimos acompañados de varias personas; huelo tu perfume tan cerca de mi, que mis yemas rozan levemente tu espalda desnuda. El ascensor se detiene, es nuestra planta.  Lo abandonamos y avanzamos por un amplio pasillo, nuestros pies se hunden en mullida moqueta. Paso la tarjeta por el lector,, y abro la puerta. Nos besamos dentro, saboreo tu boca, en la que aún se percibe el dulzor de la nata y las fresas. Tus manos abren mi americana y las mias acarician tus brazos......
(Continuará....)